Una experiencia reciente y angustiante nos ha enseñado a valorar cada día y a practicar el agradecimiento y el perdón. Mi hijo sobrevivió a un asalto violento gracias a su valentía y la ayuda de personas amables. Ahora, valoro más que nunca a mi familia y cada momento juntos, reafirmando mi misión de amar, servir y agradecer.