¿Sabías que a medida que crecemos en edad, nos vamos dejando atrás aquellos recuerdos y vivencias de nuestra infancia? Sin embargo, no necesariamente significa que debamos olvidarlos. En este texto, te invito a recordar el niño que fuiste y a conectarte con tus hijos y nietos en el presente.
Recordar el niño que fuiste
Quizás no estás siendo el mejor padre de familia que podrías ser. Quizás te cuesta relacionarte con tus hijos y compartir sus juegos y música. Pero la respuesta está en recordar que también fuiste un niño que quería que tus padres compartieran contigo de cierta manera. Hazte niño de nuevo, recuerda tu papel en esa etapa de la vida y no obligues a tus hijos a jugar tus juegos o seguir tus normas.
La vejez y el presente
En cada uno de nosotros está latente la vejez, el anciano que algún día llegaremos a ser. Pero el bienestar de esa etapa de la vida no depende de un buen seguro o plan de retiro, sino de cómo hemos vivido cada momento de nuestra vida. ¿Cómo hemos apreciado cada etapa? ¿Cómo hemos tratado nuestro cuerpo y nuestra mente?
Conectarte con tus hijos y nietos
Cuando veas a tu hijo llorar, recuerda cuando lloraste qué hubieras querido recibir. Escucha a tus hijos y nietos, abrázalos, tócalos, bésalos. La vida es como el relámpago, solo dura unos instantes, y no podemos perder el tiempo. Hazte presente en el momento y disfruta de cada instante con tus hijos y nietos.
Vivir el presente
No te preocupes por el mañana o el pasado. Vivir el presente es la clave para encontrar la paz y la felicidad. No te preocupes por lo que otros piensan, no te preocupes por lo que has hecho o no has hecho. Solo vive en el presente y disfruta de cada momento.
El único tiempo, el único momento para hacer bien las cosas es ahora.
Conclusión
La trama de la vida es compleja y nos cuesta entenderla. Pero no te preocupes, no te preocupes. Simplemente vive en el presente, conecta con tus hijos y nietos, y aprecia cada momento de tu vida. ¡Vive la vida!